miércoles, 21 de enero de 2015

La recta final

 
 
Pronto muy pronto en cuestión de días a más tardar terminaré una gran etapa en mi vida, una de esas etapas irrepetibles, incomparables, indescriptibles, que te cambian de por vida, que se viven solamente una vez, mis 40 semanas van avanzando y daré a luz nuevamente.

Mil y un sentimientos se encuentran y debaten dentro de mi, estoy ansiosa por sentir contracciones, que ya vienen y se van pero que no se quedan todavía, de sentir ese dolor físico que te anuncia la inminente llegada del bebé y que muy pronto lo podré tener en mis brazos y ver su carita, de esperar ansiosa que fije su mirada en mi para darle la bienvenida al mundo y de decirle que siempre lo protegeremos con todo nuestro ser, nuestro amor y nuestras fuerzas, de saber si se llamará  Océan, Valentin o Mahis y de sentir su olor, de tenerlo calientico en mi pecho hasta que se duerma escuchando su respiración y sus suspiros.
 
Pero también se que me hará una falta enorme en el fondo de mis entrañas por siempre, que nunca más lo sentiré moverse, que ya no seremos uno solo y que a partir del momento en que nazca seremos él y yo por separados, porque cuando cortan un cordón no solo es el bebé quien se separa, es también una madre quien queda incompleta de por vida, amputada, media, vacía y diferente.
 
A pesar de tener tantos sentimientos encontrados  ♥ ESTOY FELIZ  ♥ por las semanas recorridas y por las que vendrán, me siento afortunada y bendecida de estar iluminada hasta hoy por la vida que palpita en mi interior, de haber anidado y portado un ángel, un alma pura que al igual que Justine llenará de amor mis días y noches, de ese amor indescriptible que solamente se  conoce cuando se es madre.
 

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